sábado, 11 de junio de 2016

A CAFÉ Y PIPA. (La necesidad de la Oración)

Clark Gable. 

Bienvenido a este nuevo articulo. No suelo escribir muy seguido, desearía intentarlo, pero muchas veces por cuestiones de tiempo y de ideas, no surgen las letras. Siempre pienso en como o en que escribir. Son tantas las ideas que se me pasan por la cabeza diariamente, creo que a todos nos pasa; pero he resuelto hacer un ejercicio práctico para poder recordar y compartirles un poco de lo que vivo cada dia. 
No es optimo, decir que tengo mi cabeza todo el tiempo en esto, camino entre las ideas mundanas, tratando de borrar ese pasado escabroso que aun muchas veces atan mis pensamientos. 
La nueva practica y creo que muy provechosa, es rezar en cada instante, haciendo lo que sea. Caminado, trabajando, cuando voy en el auto, comiendo solo, tomando un café, o aveces hasta disfrutando de un tabaco. 
Rezar es el canal directo hacia nuestro Dios, y el error que cometía antes era pensar que solo podía hablar con Dios en los momentos de intimidad, frente al sagrario, una imagen o en la soledad de mi hogar y esto "no es tan así".
Dios esta en todas partes y ve todo aquello que hacemos, pensamos, hasta los movimientos que realizamos, nada sale de su presencia. Con esta percepción no seria bueno que habláramos con el en cada instante? Es un Dios personal, lleno de amor, ese que nos acompaña hasta en lo mas mínimo. Probe y me ha resultado muy acogedor, es difícil, no lo niego. Es tratar de concentrarte en esta hermosa Presencia y contemplarla desde lo mas intimo de nuestro ser, pero no una contemplación mística y sentimental, que muchas veces mas que abrir, cierran u obstaculizan esta comunicación. Es hablar, repetir jaculatorias, compartir y sonreír. 
En el restaurante donde trabajo, tenemos un gran evento el dia de mañana, debíamos preparar todo para las sopas, los platos y demás. Mientras cortaba las "papas" (patatas), le pedi a la Santisima Virgen Maria que me diera la gracia de poder comunicarme mas con su Padre, así como lo hacia Ella en vida, donde cada movimiento era un fluir de gracias infinitas para el cielo. Converse, le comente lo cansado que sentia, lo dificil que era aveces dejar el pecado y lo mucho que quería que me cambiara. Resulte de "nube en nube" contándole mis preocupaciones y el encierro que aveces vivia y lo dificil que era ser católico. Pero también le agradecí, porque me ha tenido en su paz tan agradable y cierta que solo quien lo ha vivido lo puede describir. 
No siendo mas termine cortando patatas, paso el tiempo y volví a la realidad, ciertamente convencido que la Santisima Virgen Maria, me había acompañado a limpiar patatas mientras me escuchaba. 
Ya mañana sera otro dia y para terminar cito a San Alfonso "Por medio de la oración acabaremos de comprender que tenemos que acudir al socorro divino y confesar paladinamente que El solo es el dador de todos nuestros bienes"

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